IA generativa (generative AI)
NATURALEZA
Es un concepto de IA propiamente dicho.
CONCEPTO
La IA generativa es un tipo de inteligencia artificial capaz de crear contenido nuevo, original, realista, complejo y coherente a partir de grandes cantidades de datos con los que es entrenada para esta tarea. En este momento las aplicaciones más populares de la IA generativa son capaces de responder a preguntas en una conversación, traducir y crear textos, revisar y generar líneas de código, y crear imágenes, audio, composiciones musicales y audiovisuales originales, a partir de las instrucciones dadas por el usuario.
IMPORTANCIA
Desde el lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI en 2022, la IA generativa ha experimentado una enorme evolución y ha adquirido una gran popularidad. Aplicaciones como ChatGPT, Bard, DALL-E, Midjourney o Reface se están convirtiendo en herramientas de uso habitual para un sector de la población cada vez más amplio. Por lo general, en estas aplicaciones el usuario realiza una descripción textual del producto que desea obtener (texto, imagen, vídeo, etc) y la IA, a partir de los patrones que ha extraído de los datos con los que ha sido entrenada, es capaz degenerar ese producto en un tiempo mucho más breve del que habría requerido una persona para llevar a cabo esta tarea. El progreso de la IA generativa ya permite que en muchos casos el producto final sea difícil, cuando no imposible, de distinguir de la obra humana. La amplia difusión de este tipo de herramientas podría suponer una revolución en nuestra manera de crear y consumir contenidos de muy diverso tipo, desde productos culturales, artísticos o publicitarios hasta noticias de prensa o trabajos científicos.
Esto es, la IA generativa se utiliza para aumentar el flujo de trabajo creativo de los humanos. Con este fin, los algoritmos sugieren prototipos o primeros borradores (por ejemplo, logotipos, secuencias de códigos de programación, publicaciones de blogs, diseños, etc.), lo que ahorra tiempo a los profesionales para que se concentren en las partes más creativas de sus trabajos. Por ejemplo, con herramientas que generan imágenes a partir de una descripción de texto natural, un diseñador gráfico puede escribir una descripción de la imagen que desea y refinar esta descripción hasta que la imagen generada se acerque lo suficiente al resultado deseado. Luego, el diseñador gráfico puede seguir editando la imagen. Sin embargo, a medida que mejoran los modelos, el contenido generado por IA podría eventualmente alcanzar, o incluso superar, la producción humana.
La IA generativa reviste una enorme importancia en el mundo jurídico porque podría automatizar operaciones jurídicas. Dentro de la IA generativa, desde la perspectiva del derecho, destaca la que se basa en los “grandes modelos lingüísticos” al permitir crear textos jurídicos originales, complejos e, incluso, convincentes
USOS Y RIESGOS
Como se desprende de los usos descritos en los apartados anteriores, junto a las numerosas ventajas que puede suponer la IA generativa en muy diversos campos, ésta también plantea serios riesgos. Algunos de estos riesgos son comunes a otras formas de inteligencia artificial. Así, por ejemplo, es preciso vigilar la calidad de los datos con los que se entrena la IA generativa para evitar introducir sesgos que conduzcan a resultados discriminatorios, y es preciso garantizar que, allí donde una IA generativa sea entrenada con datos personales, dichos datos reciban un tratamiento que respete los derechos fundamentales de las personas involucradas. La IA generativa puede plantear también problemas en al ámbito de la propiedad intelectual. Es preciso garantizar el respeto a los derechos de autor que pesen sobre los datos con los que se entrena y,además, articular criterios claros para discernir si la obra creada por la IA puede ser considerada verdaderamente original y, en su caso,determinar la titularidad de los derechos sobre dicha obra.
Los riesgos de la IA generativa que hasta ahora han generado una mayor preocupación entre los expertos en Derecho Público tienen que ver su uso irresponsable o delictivo en la esfera política. Las aplicaciones de la IA generativa facilitan la creación y difusión masiva de las llamadas
ultra falsificaciones o deep fake, es decir, imágenes, audios o vídeos manipulados o sintéticos que representan a personas llevando a cabo determinadas conductas que, dada su apariencia realista, pueden inducir a confusión sobre su naturaleza real o artificial. La difusión de este tipo de contenido puede tener un efecto muy disruptivo en la sociedad, distorsionando el debate público, condicionando el comportamiento de los electores o incluso, en casos extremos, alternado el resultado de un proceso electoral.
Además, dado que estos modelos necesitan algunos datos de entrada (input) para ser entrenados, podrían surgir debates sobre sesgos y derechos de autor relacionados con el resultado (output). Por ejemplo, una imagen generada por IA ganó un concurso de arte en los EE.UU. en septiembre de 2022, generando un acalorado debate ya que el autor inicialmente no mencionó cómo realizó la obra.
Para algunos es necesario plantearse que no baste con la revisión humana, sino que algunas actuaciones jurídicas deben quedar fuera del ámbito de actuación de la IA generativa. No solo pueden estar los datos desactualizados o contener errores, por ejemplo, sino que la hermenéutica jurídica exige la toma en consideración y la ponderación de las circunstancias concretas de cada caso, así como de los intereses de todas las partes involucradas. Asimismo, la interpretación jurídica debe adaptar el derecho existente a la realidad social del tiempo en que se aplica.Además, en los procesos judiciales muchos datos son confidenciales. En definitiva, aunque la IA generativa siga mejorando, es necesario recordar el derecho a que las decisiones con efectos jurídicos no se basen únicamente en el tratamiento automatizado es mucho más fuerte, cuanto más pueda afectar dicha decisión al interesado.
Paralelamente, la IA generativa puede mejorar la eficiencia de la administración de justicia De hecho, puede agilizar muchas operaciones y desempeñar actividades, más o menos rutinarias y repetitivas, si bien bajo la revisión de un experto.
Frente a estos riesgos, además de reforzar la alfabetización digital, es necesario que exista una regulación que contribuya a prevenir la aparición de estos problemas. En esta línea, la última versión disponible de la propuesta de la AI Act recoge expresamente la figura de las ultra falsificaciones y exige que se dé a conocer el carácter artificial de los contenidos generados a partir de estas técnicas.
AUTORES
- Maria Isabel González Pascual
- Laura Hernández Llinás